A Mis Padres.

Solo tenemos una vida para demostrar a nuestros padres lo importante que son para nosotros. Solo una. Estas líneas son una manera de expresar que soy quien soy gracias a ellos. Todo se lo debo a mi padre y mi madre. Absolutamente todo.

Si el tiempo retrocediera y volviera a nacer, pediría volver a teneros como padres, me tocó la lotería cuando nací.

Me criaron con mucho cariño y mucha atención. Me apoyan de forma incondicional, me cuidan, me miman, me dan caprichos, me lo dan todo, y siempre están a mi lado. Me siento muy, muy afortunada…

Mi madre me cuidaba y me protegía en mi inocente infancia; mi padre me mimaba y me lo daba todo. Recuerdo que no podían esperar al día de Reyes para entregarme los regalos, siempre llegaban antes.

Si a mí me aportan, el doble dan a su nieto, Martín. Van donde haga falta por mi hijo y están a su lado para todo lo que necesite. Son unos abuelos sensacionales. Somos una familia concebida y criada desde el amor y es un valor humano que condiciona todo lo que nos mueve y nos llena.

Mis padres son unas personas espectaculares. Y no lo digo yo como hija, sino que las personas que les conocen lo saben porque ellos aportan todo sin pedir nada a cambio. Lo que necesites, lo tienes sin preguntar. Ellos siempre están atentos, presentes y dispuestos. Son tan especiales…

Nunca he pensado que las personas que están a mi lado puedan a faltar. Nunca lo he creído hasta que llegó la enfermedad de mi padre. Nos sorprendió porque siempre ha sido un hombre con una fortaleza admirable. Sin embargo, los años pasan para todos por igual y mis padres se van haciendo mayores, se van debilitando. Verlo y sentirlo me parte el alma. Por tu fuerza y valentía, siempre serás mi héroe.

Yo no sabía que con un beso se podía parar el tiempo, y lo aprendí de vosotros. Ni que con solo una mirada dominaseis cada espacio que hay dentro de mí. Tampoco sabía que podía amaros tanto y ser presa de vuestro cariño.

Les quiero infinito, les adoro, lo son todo para mí. Son mi luz cálida y brillante en la oscuridad, mi salvavidas, mis ángeles de la guarda. Mi vida es tan tan bonita porque están en ella Enrique y Julia. Así se llaman, aunque para mí siempre serán papá y mamá. Tener unos buenos padres, no es estar a salvo, es sentir que no existe el miedo. Ojalá podamos disfrutar muchos años juntos, y sigamos sumando muchas cosas buenas.